CURIOSIDADES CULINARIAS: CANÓNIGOS


CANÓNIGOS

El canónigo (Valerianella locusta) es una especie de planta herbácea de la familia Valerianaceae que se utiliza para alimentación, en crudo, generalmente como ensalada o acompañamiento.

Su nombre más común en español, canónigo, hace referencia a su tradición como cultivo de monasterio.

Otros nombres en castellano son: alfaces, canónigos, dulceta, hierba de los canónigos, lechuga de cordero, valeriana comestible, valerianilla portuguesa, yerba de canónigos, yerba del canónigo, yerba de los canónigos.

El canónigo crece espontáneamente en prados y praderas con cierto grado de humedad. La primera noticia de su cultivo aparece en un documento alemán de 1588, pero es probable que se consumiera a lo largo de toda la historia de la Humanidad. Actualmente se cultiva principalmente en Alemania, Francia, Italia y otros países europeos, siendo raro su consumo fuera de Europa.

Datos nutricionales

Tiene propiedades diuréticas, depurativas y laxantes. Es baja en grasas. Más nutritiva que la lechuga, con mayor cantidad de provitamina A y vitaminas B y C y diversos minerales. En especial yodo, pero también hierro, potasio, fósforo y otros. Se utiliza fresca en ensaladas, generalmente mezclada con otras hortalizas. Las hojas poseen un sabor delicado y ligeramente ácido, que puede recordar al de las nueces. Sus hojas más sabrosas son las más pequeñas. Su olor es igualmente algo ácido.

El canónigo contiene muchos nutrientes, incluyendo una cantidad de Vitamina C que triplica la de la lechuga. Contiene también Beta-carotenos, Vitamina B6, Vitamina B9 o Ácido fólico, Vitamina E y ácidos grasos Omega-3.[3] Es más tierna y contiene más vitaminas si se cosecha antes de florecer.

Su valor calórico es muy bajo, tan sólo 13,40 kcal por cada 100 g de producto fresco. Por ello es utilizada en dietas de adelgazamiento.

Datos culinarios

Sus hojas más sabrosas son las más pequeñas. El canónigo se utiliza en fresco, añadiéndose a las ensaladas de verduras y patatas y a las sopas y tortillas. Se emplea en ensaladas, por lo común en mezcla con otras hortalizas. Acompaña bien a los espárragos, remolacha, apio nabo, champiñón, col, judía verde, nuez, manzana, uva, tomate, etc. Si se aliña con aceite, vinagre y sal, debe hacerse en el último momento para que no pierda frescura, ya que se trata de una planta muy perecedera. Para prepararlo en ensalada se deja la roseta de hojas entera y sólo se eliminan las raíces. Se lava bajo el grifo, y no a remojo, y luego debe escurrirse delicadamente. Hay que prestar especial atención a no romper las hojas para que conserven su característico sabor fresco y su aspecto decorativo.

Se puede conservar 2-3 días en el frigorífico cubierta con un papel absorbente o introducida en una bolsa de plástico perforada para que no coja el olor de otros productos de la nevera. Rociar con agua para refrescarlo. Otro procedimiento tradicional de conservación consiste en sumergirla en agua tibia para quitarle la tierra, y después, para impedir su marchitación, primero se moja con agua bien fría, dejándola luego en agua helada durante media hora. A la hora de secarlas se envuelven en un paño y se sacuden con un movimiento de vaivén.

Se utiliza también como elemento decorativo o como guarnición en los platos.

Se recomienda para mejorar la digestión y la vista (Betacaroteno), además del aspecto del cabello y las uñas. Como la valeriana, que es de la misma familia, es relajante del sistema nervioso. Por su contenido en hierro mejora la anemia. Es depurativo tanto de la sangre como de los riñones y su aporte de vitamina C refuerza las defensas especialmente en invierno, cuando la vitamina C es más imprescindible

http://es.wikipedia.org/wiki/Valerianella_locusta

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